Hoy estamos volviendo a la normalidad, pero quedan muchas sensaciones de bronca: todo lo que nos pasó, lo que nos pudo haber pasado, los esfuerzos físicos y/o económicos.
Ayer a la noche, cuando a las promesas de Edesur las llevaba el viento, algunos vecinos decidieron quejarse ante las cámaras de televisión o a los que pasaban con sus autos. E inmediatamente, como si estuviesen esperando la señal de largada, vinieron los “activistas” a hacer mucho más ruido, a quemar gomas de autos y a adueñarse de la indignación de los vecinos.
¿Ni siquiera podemos reclamar tranquilos?
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